En Oscarette hablé con Nina Marín, cuya película Tierra Quebrá recientemente ha recibido el Premio Patrocinio Futuro Digital en el BAM 2021 y el estímulo de postproducción de largometraje de ficción de ProImágenes Colombia.

Josephine LF: He seguido tu carrera de cerca. En pocos años has logrado muchísimas cosas y te felicito, eres un ejemplo para todas las mujeres que hacemos cine en Colombia, Iberoamérica y en el mundo. ¿Cómo ha sido ese camino?

Nina Marín: El tema del cine para mí ha estado presente desde la niñez. Lo veía desde mi mirada de infante como actriz y eso me impulsó en el camino de la actuación, porque mi hermano mayor también es actor y siempre estuve muy cerca con los actores, en la universidad mientras estudiaba Derecho estuve cerca al teatro.

Josephine LF: Quiero entender cómo fue ese recorrido. Actuación y dirección sí tienen mucho que ver una cosa con la otra, pero derecho y dirección realmente son dos oficios totalmente diferentes. ¿Qué pasó ahí en tu vida?

Nina Marín: Las directoras y los directores de cine transcribimos la vida y eso me fascina. El derecho era una carrera que en mi casa era la única opción que podía estudiar en ese momento, había una situación muy complicada en mi casa, pero siempre supe que quería ser artista.

Mi padre antes de morir lo supo, pero en mi casa me decían «tienes que estudiar derecho». Entonces estudié derecho, pero seguí haciendo mi arte. Me decían: “pero cómo vas a vivir del arte, si eso no da para comer”.  Bueno, mamá, yo te entrego el cartón de abogada, yo te hago tu carrera, porque esto es para ti, en efecto así fue. Mientras estudié derecho estaba en contacto permanente con el teatro. También tuve contacto con el cine, pero desde una mirada muy empírica y empecé a hacer cortos, a adaptar textos dramáticos al cine.

Terminé derecho y mi madre me dice: “no es suficiente tienes que especializarte”, después me dice “ahora tienes que ejercer”. Entonces le fui haciendo las voluntades. El último trabajo que tuve fue con el Ministerio Defensa. Era una cosa horrible para mí, porque pasaba el tiempo y no estaba escribiendo, no estaba dirigiendo, entonces un día le dije a mi mamá: “aquí tienes tus cartones ya te ejercí tres años, ya no más”.

Para que mi madre entendiera mi camino, le dije: necesito una actriz y tú tienes tus dotes. En el primer corto en el 2014 la invité como una de las actrices protagónicas y se enamoró. 

Mi esposo es ingeniero ambiental y abogado, escribe y está en el tema del arte, de la cultura y también se involucró con el cine y ahora es mi productor.

Josephine LF: Sobre ese primer corto y primeros trabajos, ¿cómo buscabas tus temas y cuáles eran las fuentes de inspiración para tu escritura?

Nina Marín: En el 2014 es que tomo el cine con rigor, con seriedad, teniendo en cuenta lo técnico, que involucra el proceso cinematográfico. Antes de eso tenía un trabajo de dos o tres cortos que los tengo bajo un cajón, que fueron como mi pre-kinder. Luego me involucré mucho más, estudié en la universidad Europea del Atlántico en España y me involucro en la parte académica.  

Nina Marin

Cuando empiezo en el 2014 con “Manuel, un Pedazo de Felicidad”, me inspira mi hijo mayor, que tiene THA. Es súper inteligente, es un niño que mucha gente no comprende su mundo, él es muy fuerte en su ser y eso me inspiró para Manuel. Es la historia de un niño que en medio de su inocencia, sin pretenderlo y sin saberlo empieza a ayudar a la gente de su pueblo. 

Ese fue el tema de la inspiración. A partir de allí empiezo a escribir el guión de “El Camino de Las Luciérnagas”, que es el guión que me ha permitido llegar a Suiza, Los Ángeles, a Cuba, a muchas partes. Esta es la película de mi vida, surge de este guión, de este niño que vive unas condiciones muy difíciles con la guerra en conflicto armado y luego logra descubrir que hay felicidad a pesar de la adversidad y puede dar felicidad a los demás a pesar de la adversidad. Es un guión de resistencia.

Me preguntaban por qué no una niña en vez de un niño, para mí no existe división, solo siento el cine, así en mi pensamiento y en mí. Que sea una niña o un niño perfecto, pero es un ser humano independiente del sexo. 

Lo mismo sucedió con Manuel, que es un niño, que soy yo y que es mi hijo, que son todos los niños y las niñas del mundo, quienes con su poder y con su magia pueden transformar, como lo hace el cine, lo hacen las artes en general, somos instrumentos para mostrar no la literalidad, sino con el arte manifestar la esencia

Quiero escribir un corto o dos guiones por año, a estas alturas ya llevo una serie de seis capítulos este año, estoy terminando una película y quiero empezar otra serie, hay que buscar el tiempo y la forma de hacerlo realidad.

Mi esposo escribe poesía y escribió una poesía al Río Guatapurí, al agua. El río se estaba secando, Fue un año muy crítico de verano en Valledupar y él me dice: ¿Tú crees que podemos llevar este poema al cine? Cuando leí su poesía dije, «esto es un corto experimental».

Cada línea tiene una imagen muy poderosa y vamos a traducirlo. Esta línea me lleva a esta imagen y así armamos el corto. Fue un trabajo muy bonito, viajó por muchas partes, tuvo muchas selecciones, ganó varios premios. 

El primer corto, Manuel, un Pedazo de Felicidad, tiene 15 minutos, el segundo, Elemento, tiene 3 minutos y medio y el tercero, Roja Mujer, no le fue muy bien.

Luego al siguiente año mi esposo escribe un documental que se llama Lo Que La Distancia No Borra y me dice: ¿Qué opinas de este documental, de hablar de los inmigrantes latinos en EEUU y hablar de lo que genera justamente el estar allá y recrear querer estar en tu país de origen? ¿Cómo se siente desde allá el sabor de la comida de tu casa, cómo se sienten desde allá esos recuerdos de infancia?

Entonces nos metemos en el Ministerio de Cultura en una residencia artística y salimos seleccionados, nos llega al correo y nos fuimos hacer esa residencia en los Estados Unidos, allá se rodó el documental. 

Yo en ese proceso estaba escribiendo El Giro del Mulato, que es otro guión.

También se escribió Tierra Quebrá, Lluvia de Boleros y El Gigante que es un guión que no he terminado para animación y así ha sido este proceso. Tengo mucho tiempo en esto, desde el 2014 para acá se ha logrado hacer esta gran cantidad de trabajo.

Ana marin cine

Luego Lo que la distancia no borra, participamos en la región el primer año en FDC y este 2018 nos llevamos el estímulo relatos regionales con Antes de Llover. Fue muy bonito porque era un guión que yo tenía guardado sin muchas esperanzas, estaba la convocatoria abierta se mandó y funcionó.

En 2019 fue Tierra Quebrá  que cuenta la historia de una mujer, se toca el tema de la muerte.

Josephine LF: ¿Cómo rodaste Tierra Quebrá? ¿Ya tenías financiación cuando dijiste nos vamos a filmar esto o cómo lograste llevar a tanta gente?

Nina Marín: El productor Óscar, mi esposo, y yo, nosotros tenemos una productora que se llama Marines Films, dijimos «vamos hacer la película, vamos a juntar nuestros recursos, hay esto y con esto lo vamos hacer» y  sacamos la película en 17 días durísimos, a pesar de las condiciones, porque la mayoría de las escenas eran en un desierto cerca de Valledupar, el resto del rodaje en fincas. Por eso, agradezco a cada participante que creyó en esto. 

Nina Marín: » Somos instrumentos para mostrar no la literalidad, sino con el arte manifestar la esencia

Josephine LF: ¿En qué fase está Tierra Quebrá? 

Nina Marín: Ya estamos en el último corte, justamente hoy entro a diseño sonoro, esperando que salga, y a finales de año la podamos ver. 

Vamos a ver qué sucede en el proceso. Lo metimos en Viña del Mar Construye, porque ya se acabaron las fuerzas, la película es como una casa en construcción. La obra gris es el rodaje y la obra blanca que es la más cara, la postproducción. Se nos acaba la fuerza, entonces la metimos en Viña, nos ganamos el premio con H de Argentina, para que HD cierre ya la película. 

Yo soy feliz con Tierra Quebrá. 

Josephine LF: Te fuiste a Cuba a profundizar técnicas de dirección. ¿En qué momento decidiste que querías aprender más y cómo fue irse siendo madre?

Nina Marín: Aún estoy en el punto que necesito aprender más. Para mí el proceso creativo resulta un misterio y ese deseo fue lo que me llevó a Cuba, fueron casi 3 meses, fue duro por mi familia, porque no podía hablar con mis hijos, me tocaba ir al parque de San Antonio de los Baños a buscar la señal para poder hablar con mi esposo, con mi madre y con mis hijos.

Sin embargo, todos los días al encontrarme con mis compañeros, el aprendizaje me fortalecía, conseguir ese conocimiento, los maestros increíbles y descubrir de alguna manera que el teatro me había dado las alas, el dirigir también el teatro me había dado las herramientas básicas y llegar a esa aula de clase y encontrar que en la práctica ya tenía el conocimiento y que me estaban dando el concepto. Fue la satisfacción de conocer.

Josephine LF: Quiero saber de tu mamá ¿Quién es ella en la película Antes de llover?

Nina Marín: Mi mamá es Berta, un personaje muy pequeño, porque por su perfil no me encajaba para un protagónico. La protagónica es una actriz con la que he trabajado antes, Claudette una chica de teatro buenísima. El actor es Libardo Mejía, lo conozco hace más de 20 años, estudió actuación con mi hermano mayor.

Hicieron una dupla fantástica. Habían dos niñas, la hija de Claudette que también es actriz y otra chiquita María Paula Peña. A mí me encanta trabajar con los niños, ellos tienen una capacidad de escuchar, una capacidad impresionante en escena, se dejan llevar muy fácil. 

Estos son todos los actores que componen Antes de llover, un equipo muy chévere y logramos hacer lluvia por primera vez.

Josephine LF: ¿Cómo es dirigir a tu mamá? Yo hice un documental sobre mi mamá, pero ¿cómo es la experiencia desde la ficción?

Nina Marín:  Es otro nivel, porque es como el médico cuando va a tratar a su hijo, o la psicóloga va a tratar a su hijo.  Obviamente también en el proceso te encuentras que tú no eres la directora, sino que eres la hija, la hija que regaña y es muy complicado. Al rato le decía, mamá olvídate yo no soy tu hija, yo soy tu directora en este momento

Había muchos conflictos en escena, al final del día yo terminaba adolorida emocionalmente, pero tengo que hacerlo, si no lo hago así no saco lo que hay en ella.

Josephine LF: ¿Qué consejos les das a esas mamás que están en el cine, pero aún no han logrado dar ese paso más allá, por miedo o inseguridad? 

Nina Marín: Eliminar ante todo la inseguridad y el «pero» no debe existir.

Yo creo que ese cuento de que no lo hago por mis hijos, es una excusa. El ser humano tiene la fuerza suficiente para anteponerse a cualquier cosa. Somos muy poderosas, solamente que no nos amamos como tal, no nos valoramos y respetamos como tal,  yo creo que entendernos, sacarnos de nosotros mismos, mirar ese reflejo desde todas las perspectivas, de todos los ángulos. 

Yo creo que nos hemos puesto una talanquera en la cabeza, creo que la misma sociedad y nosotras mismas. Hay que decir: «yo tengo fuerza, tengo ganas y quiero hacer». 

Es un pecado dejar morir las ideas, cuántos cajones llenos de ideas hay en la vida. Hay que aplicar la resurrección de las ideas y decir somos vitalidad, somos mujeres, creadoras. Imagínate que nos dieron el don de hacer vida, igual los hombres, no hablemos de género todos tenemos esa fuerza creadora. 

Josephine LF: ¿Dónde se pueden ver tus películas, están en alguna plataforma?

Nina Marín: Manuel se está moviendo, Elemento se está moviendo, Atmósferas, la distribuidora colombiana de cortometrajes, nos está moviendo Antes de Llover. Aspiramos que los primeros cortos el próximo año probablemente ya queden libres en nuestras redes, a lo mejor en Youtube, ya sabes cómo es este tema, si todavía están viajando, exhibiéndose aún no los podemos publicar abiertamente. 

Esta entrevista fue realizada el 22 de abril de 2021.

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